La ‘enzima prodigiosa’ de Rajoy

HAY mucha gente que se está haciendo de oro gracias a la crisis y a sus terribles consecuencias sobre la inestabilidad laboral, vital y emocional de las personas. Todo el mundo quiere encontrar la «enzima prodigiosa» para protegerse del mal. Varios millones de personas la están buscando en el libro del mismo título, La enzima prodigiosa, del japonés Hiromi Shinya. Aunque fustigado por los expertos, es líder de ventas a base de recomendar determinados alimentos para encontrar la enzima prodigiosa sin salir del propio cuerpo. Es decir, lo mismo que hace Mariano Rajoy sin salir de La Moncloa. El presidente del Gobierno, un hombre que se siente rodeado de todas las dificultades del mundo, ha hallado en Soraya Sáenz de Santamaría la «enzima prodigiosa» para mantener su equilibrio emocional y la armonía política del Gobierno.

La vicepresidenta es su remanso de paz, el clavo del abanico que forman sus ministros, la mujer con la que se siente descansado, la colaboradora más leal, la balsa de aceite cuando ruge la tormenta, la mujer que le proporciona sosiego y tranquilidad para ejercer su alta responsabilidad con plena comodidad y confort.

Rajoy vive en La Moncloa como en familia, de forma real gracias a su familia biológica y de forma figurada gracias a su familia política, de la que Soraya es la hija mayor, responsable, trabajadora, cumplidora y fiel. Por extensión, el presidente considera a sus ministros miembros de esa familia extensa y acogedora. Por eso no los va a cambiar ni loco. Se le alterarían las enzimas.

Margallo es el amigo brillante y compañero de correrías. Ana Pastor es la hermana laboriosa. Montoro es el cuñado lenguaraz que mantiene a raya a los intrusos. Wert es el primo que combina la aguda inteligencia con un punto macarra. Ana Mato es la hija desdichada que hizo una mala boda. Miguel Arias es el hermano simpático. Soria es el colega de las vacaciones. Luis de Guindos es cosmopolita y queda bien en todas las reuniones. Pedro Morenés es el amigo serio que nunca da problemas. Jorge Fernández forma parte del paisaje familiar. Fátima Báñez es la meritoria. Y Gallardón... Ay, Gallardón es el más inquieto, travieso y desasosegado de toda la casa. Pero está bajo control, quizá por primera vez en toda su vida política.